La luz en una boda: cómo influye en tus fotos (y cómo aprovecharla al máximo)
Hay algo que cambia todo en una boda, y no se puede tocar.
La luz.
La forma en que la luz entra en una habitación, cómo acaricia una mejilla, cómo envuelve un abrazo… eso transforma por completo la atmósfera de tu día. Y, por supuesto, las fotos que guardarás para siempre.
En Lanaranja, trabajamos con luz natural, de forma sensible y artística. Y como fotógrafos de bodas documentales, no dirigimos ni posamos: observamos y nos dejamos llevar por la luz y la emoción real.
Por eso, hoy queremos hablarte de cómo influye la luz en cada parte de tu boda, para que puedas tener en cuenta algunos detalles que pueden marcar una gran diferencia.
1. LOS PREPARATIVOS: DONDE TODO COMIENZA
Si hay un lugar donde la luz natural importa, es aquí.
Un espacio con ventanas grandes, tonos claros, y sin luz artificial demasiado fuerte ayuda a que las fotos de tus preparativos tengan una atmósfera íntima, cuidada y muy real.
¿Nuestro consejo?
Elegid habitaciones con buena luz natural. Evitad lugares oscuros o con bombillas muy frías. Y si llueve o está nublado, no pasa nada: la luz difusa puede ser mágica, suave y cinematográfica.
2. CEREMONIA: LA LUZ DEFINE EL TONO
¿Boda de día?
La luz del mediodía puede ser dura. Si es exterior, intentad buscar algo de sombra o vegetación, o ajustar el horario para que el sol no esté en lo más alto.¿Boda de tarde?
Perfecta. La luz empieza a suavizarse y se vuelve dorada. La famosa golden hour (última hora antes del atardecer) es oro puro para las fotos.¿Interior?
Buscad un lugar con ventanas amplias y sin luces artificiales demasiado fuertes. Y si llueve, disfrutad: la lluvia puede aportar una sensibilidad única y una atmósfera muy especial.
3. SESIÓN DE PAREJA: TODO ES CUESTIÓN DE LUZ
No hace falta que poséis. Pero sí importa cuándo y dónde.
Una sesión breve al atardecer, justo cuando el sol cae, puede regalaros retratos sinceros y bonitos sin artificio. Solo vosotros, la luz dorada, y un momento tranquilo a solas.
¿Y si está nublado o llueve?
La luz gris, suave y envolvente tiene su propia poesía. Las emociones siempre están ahí, y nosotros sabemos verlas incluso cuando el sol no aparece.
4. LA CENA Y LA FIESTA: TODO CAMBIA
Aquí la luz ya no es natural, pero sigue siendo esencial. Las luces cálidas, guirnaldas, velas y farolillos ayudan a crear una atmósfera envolvente y fotogénica.
Evitad luz blanca fría o focos demasiado potentes.
La clave está en crear una escena íntima, acogedora, donde la luz complemente la emoción.
Tip: Si contratáis iluminación decorativa, aseguraos de que sea cálida y coherente con el estilo de vuestra boda. Eso se notará en las fotos… y mucho.
EN LANARANJA, FOTOGRAFIAMOS CON LA LUZ… Y CON EL ALMA
Estamos en Madrid, Sevilla y viajamos por toda España. Y si algo hemos aprendido después de contar tantas historias, es que la luz no solo ilumina, sino que emociona.
Porque una boda no se ilumina solo con bombillas: se ilumina con gestos, con miradas, con memoria.